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Ingenieros desarrollan células de tela capaces de generar energía en cualquier superficie

Ingenieros desarrollan células de tela capaces de generar energía en cualquier superficie

Las células solares de tela son capaces de generar energía en cualquier superficie. Gracias a su tamaño ultraligero, podrían transportarse hasta lugares remotos en situaciones de emergencia. Esto abre las puertas a su implementación a gran escala como una fuente de energía sostenible y de rápida aplicación. ¡Os contamos cómo lo han hecho!

19 de diciembre de 2022
La comunidad científica no cesa en su búsqueda a la hora de encontrar fuentes de energía alternativas. Esta vez, los investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han desarrollado una tecnología sorprendente. Con un grosor más fino que el de un cabello humano, estas células solares de tela son una auténtica revolución.

Generar energía en cualquier superficie es posible

Esta investigación ha dado como resultado pequeños paneles solares con el grosor de un papel y la flexibilidad de un trozo de tela. Se generan de forma rápida y sencilla mediante una impresora y pueden adherirse a cualquier superficie.

Pesan cien veces menos que los paneles solares convencionales y son capaces de generar 18 veces más energía por kilogramo. Lo mejor es que puede escalarse en un futuro a la fabricación en grandes superficies y tienen múltiples aplicaciones.

Esto abre la posibilidad de aplicar estas células en las velas de los barcos para que puedan llegar a autoabastecerse de energía. Dada su facilidad de fabricación y su peso ligero, también podría trasladarse a lugares remotos en situaciones de emergencia humanitaria, como desastres naturales.

Estas células de tela pesan cien veces menos que los paneles solares convencionales

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Una solución rápida y sostenible

Para conseguir una tecnología versátil, los investigadores tuvieron que encontrar el material adecuado sobre el que asentar las células. Para ello, el equipo buscó un material liviano, flexible y de alta resistencia para adherirse a ellas.

Fue entonces cuando dieron con la clave: un tejido compuesto que pesa solo 13 gramos por metro cuadrado. Este material, conocido como Dyneema, fue el elegido para hacer de soporte de estos diminutos paneles solares. Pero otro de los desafíos era encontrar una tecnología que no sólo fuera energéticamente eficiente

También buscaban que el tejido pudiera implementarse fácilmente y adaptarse a cualquier condición de instalación. Tras el éxito, el equipo sigue trabajando para que pueda llegar lo antes posible al mercado y aplicarse a gran escala.

«Las métricas utilizadas para evaluar una nueva tecnología de celdas solares generalmente se limitan a su eficiencia de conversión de energía y su costo en dólares por vatio. Igual de importante es la integrabilidad: la facilidad con la que se puede adaptar la nueva tecnología. Nos esforzamos por acelerar la adopción solar, dada la urgente necesidad actual de implementar nuevas fuentes de energía libres de carbono», señala Vladimir Bulović, líder del Laboratorio de Electrónica Orgánica y Nanoestructurada (ONE Lab).

Sin duda, nos encontramos ante una buena noticia para la comunidad científica y el sector de las energías renovables. Esperemos que esta nueva tecnología pueda aplicarse muy pronto en el mercado para contribuir a la sostenibilidad del planeta.

 

Fuente  | MIT News

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