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Descubren como manipular el sistema inmune para poner fin de las alergias a los alimentos

Descubren cómo manipular el sistema inmune para poner fin de las alergias a los alimentos

El hecho de manipular las isoformas de las células T reguladoras del sistema inmune puede ser una nueva forma de cambiar la respuesta ante trastornos inmunes y poner fin de las alergias a los alimentos

7 de julio de 2022

El sistema inmunológico es un sistema de defensa natural del organismo contra las infecciones, bacterias y virus dañinos. Éste reacciona segregando anticuerpos y destruyendo los organismos infecciosos que lo invaden. Si nuestro sistema inmunitario no funciona bien, puede causar serios problemas.

Sin embargo, la ciencia continúa explorando un sistema que, biológicamente, es uno de los más complejos y que más funciones regula en nuestro organismo.

Alergias alimentarias y enfermedades autoinmunes

Un equipo de investigadores de la Escuela Universitaria de Medicina de Indiana (Estados Unidos) ha indagado en cómo las células T reguladoras especiales son capaces de impactar en la respuesta del sistema inmune, y cómo podrían ser manipuladas para alcanzar tratamientos potenciales para las alergias alimentarias y las enfermedades autoinmunes.

La alergia alimentaria consiste en una reacción patológica del sistema inmunitario desencadenada tras la ingestión de un alérgeno alimentario. La exposición a pequeñas cantidades de alérgenos puede provocar síntomas que suelen afectar a la piel, al aparato respiratorio y al aparato digestivo, y la intensidad de dichos síntomas puede llegar a ser muy grave.

En primer lugar, las reacciones alérgicas comienzan en el sistema inmunitario. Cuando una persona alérgica tiene contacto con las sustancias a las que es intolerante, el sistema inmunitario puede reaccionar de manera exagerada y producir anticuerpos que atacan el alérgeno.

Por otro lado, una enfermedad autoinmune es una condición patológica en la cual el sistema inmunitario se convierte en el agresor que ataca y destruye a los propios órganos y tejidos corporales sanos. En este contexto, este nuevo estudio, ha encontrado respuesta para ‘manipular’ la respuesta de nuestro sistema inmune y combatir ambas afecciones.

El objetivo ahora es estudiar cómo ‘manipular’ estas isoformas para tratar enfermedades inmunes

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El papel de las células T reguladoras

Según publican en el medio especializado Science Immunology, con este enfoque encontraron las diferencias en isoformas (distintas formas de la misma proteína) que controlan las células T reguladoras y de que modo esto afecta a la función inmune.

A diferencia del gen Foxp3 de ratón que codifica solo un producto proteico, el FOXP3 humano codifica dos isoformas principales a través de empalmes alternativos: una isoforma más larga (FOXP3 FL) que contiene todos los exones codificantes y una isoforma más corta que carece de los aminoácidos codificados por el exón 2.

Cabe destacar que las células T reguladoras son las que pueden ayudar a mantener el equilibrio correcto en el sistema inmune, evitando que la respuesta sea excesiva o demasiado débil. El objetivo de la respuesta es la destrucción rápida de los microorganismos pero debe garantizar la mínima repercusión sobre la totalidad de las células y tejidos del organismo.

Los linfocitos T , fundamentalmente, llevan a cabo la regulación de este proceso. Se denomina células reguladoras a las células que velan por el respeto de la integridad de lo propio y, una vez controlada la infección, desmontan la respuesta.

Exón 2 y su importancia

Los investigadores demostraron que los pacientes que únicamente muestran la isoforma corta no logran mantener auto-tolerancia, y desarrollan problemas como inmunodeficiencia, poliendocrinopatías y enteropatía ligada a X.

De hecho, se llevó a cabo un estudio con ratones para comprobarlo. Los resultados arrojaron que los ratones con ausencia del exón 2 de Foxp3 tienen respuestas excesivas de células T auxiliares foliculares (TFH) y del centro germinal B. Por consiguiente, desarrollan una enfermedad autoinmune sistémica con producción de autoanticuerpos anti-dsDNA (se emplean para diagnosticar enfermedades autoinmunes) y antinucleares, así como glomerulonefritis por complejos inmunes. Esto quiere decir que cuando solo se presenta una isoforma, se producen trastornos inmunes.

Estos hallazgos descubren funciones indispensables de la región del exón 2 de FOXP3, destacando un papel fundamental en la regulación de un programa transcripcional que mantiene la estabilidad de las células T reguladoras y la homeostasis inmune.

Por lo tanto, el objetivo ahora es estudiar cómo ‘manipular’ estas isoformas, lo que podría abrir la puerta a tratar enfermedades inmunes como alergias o trastornos autoinmunes.

 

Fuente | DS Salud y bienestar

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