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El hombre más feliz del mundo existe y se llama Matthieu Ricard

Matthieu Ricard, el hombre más feliz del mundo

El hombre más feliz del mundo, Matthieu Ricard

El hombre más feliz del mundo existe y se llama Matthieu Ricard. ¿Quién es? ¿Cuál es su secreto? ¡Aquí os lo contamos todo!

21 de noviembre de 2020

Nació en París, en un ámbito selecto e intelectual. Es hijo del filósofo Jean- François Revel y de la artista Yahne Le Toumelin. Se formó como científico y trabajó en el Institut Pasteur de París junto al prestigioso premio Nobel de Medicina François Jacob.

Un cambio radical

Pero, a fines de los años ’60 descubrió que en Oriente había otra forma de sabiduría. Así, Matthieu Ricard dejó Francia para conocer la India, el Himalaya, para involucrarse en la meditación y el budismo.

Con los años, Matthieu se convirtió en un referente del encuentro entre la ciencia y la meditación y también en uno de los hombres cercanos del Dalai Lama.

“Si se entrena la mente de manera regular, el cerebro cambia y la persona también. Esta es la plasticidad que posee nuestro cerebro y la meditación es un entrenamiento que permite ejercitar la atención, mejorar el equilibrio emocional y desarrollar la bondad”, afirma

Es autor de bestsellers como “El Monje y el filósofo” (Ed. Urano) -que escribió junto a su padre-, “El infinito en la palma de la mano” (Ed. Urano), “En defensa de los animales” (Ed. Kairós), “Cerebro y Meditación” (Ed. Kairós), entre otros.

El hombre más feliz del mundo, Matthieu Ricard

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El hombre más feliz del mundo

Fue descrito como el hombre más feliz del mundo después de que un experimento realizado por el neurocientífico Richard Davidson en la Universidad de Wisconsin demostrara que la actividad de la zona prefrontal izquierda de su corteza cerebral era algo nunca visto.

Esta es una zona del cerebro que predispone al bienestar y a las emociones positivas y este monje budista y meditador experimentado alcanzaba un rango de ondas gamma que llegaba hasta un –0,45. 

Sin embargo,  los niveles registrados por los cientos de voluntarios, que también participaban en el estudio, se situaban entre 0.3 (muy infeliz) a –0.3 (muy feliz-beatitud).

Ricard ha precisado posteriormente que lo que se comprobó con este estudio es que cuando un meditador centra su mente en la benevolencia y el amor altruista se produce una activación del cerebro de una intensidad nunca antes observada.

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