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Se convierte en piloto de avión la mujer que vendía maíz cocido en la calle

Se convierte en piloto de avión la mujer que vendía maíz cocido en la calle

Se convierte en piloto de avión la mujer que vendía maíz cocido en la calle

Elsa Campodónico, quien logró graduarse como Ingeniera Civil, es una mujer mexicana que después de muchos años de esfuerzo logró su mayor deseo: viajar y volar por el mundo, ya que con mucho esfuerzo y dedicación, se convierte en piloto de avión comercial profesional

8 de enero de 2021

Desde muy joven, Elsa Campodónico convirtió las circunstancias adversas en oportunidades. Decidió que trabajaría en lo que más le apasiona: viajar y volar por el mundo. Para ello, apostó e invirtió con determinación y hoy está en la antesala para comenzar a pilotar aviones comerciales y dirigir tripulaciones por todo el mundo.

Graduada en Ingeniería Civil por la Universidad Autónoma del Estado de México, Elsa decidió incursionar como sobrecargo, donde fue rechazada en su primer intento, situación que no la detuvo ni la hizo desistir en su interés para lograr el ambicioso objetivo que se había planteado.

Durante su carrera universitaria, Elsa Campodónico decidió que era momento para volver a presentar los exámenes necesarios para ingresar al mundo de la aviación comercial. En su segundo intento logró trabajar en unas de las aerolíneas más importantes de México, donde comenzó a viajar por el país y por buena parte del mundo.

Salir de la zona de confort

Hace 4 años un compañero suyo le lanzó el reto de estudiar para piloto comercial. Aunque en un principio no consideró viable esa posibilidad, ya que tenía un trabajo estable en el que además podría retirarse si así lo deseaba. Pero la pasión por volar sumada a la idea de no conformarse con lo que había logrado, la llevó a tomar la decisión de comenzar la carrera de piloto comercial. La ecuación era sencilla, si lograba el objetivo de graduarse, podría seguir volando como piloto 20 años más, y sin pensarlo mucho dió un paso hacia adelante.

Afirma que no es un trabajo monótono, su profesión le ha permitido conocer otras muchas ciudades con diferentes culturas, lo que la obliga a estar en constante adaptación, además de que debe contar con una amplia cultura general para saber tratar con personas de todo el mundo

Sin embargo, para poder llegar ahí, Elsa pasó por varios obstáculos ya que por sus bajos recursos, tuvo que trabajar desde muy pequeña y en su niñez y juventud vendió maíz cocido en la calle, trabajó como ‘cerillo’ (empacadora en cajeros de supermercados) y también fue demostradora de productos. Hasta que poco a poco su situación mejoró y tuvo la oportunidad de estudiar en la universidad donde se graduó como Ingeniera Civil.

Se convierte en piloto de avión la mujer que vendía maíz cocido en la calle

Afirma que no es un trabajo monótono, su profesión le ha permitido conocer diferentes culturas

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Su pasión y deseo de volar

Adicionalmente, Elsa tuvo un tiempo de experiencia trabajando como azafata para una de las aerolíneas más importantes de México donde logró viajar por todo su país e inclusive a otros continentes.

Gracias a su carrera, Elsa tenía un trabajo estable, pero aún deseaba cumplir su mayor sueño el cual era poder viajar por todo el mundo trabajando como piloto comercial y ante esto, tomó la decisión de volver a estudiar. Fue 1 de 3 mujeres que se prepararon para pilotear en una escuela de aviación comercial en el Estado de México, ya que esta profesión aún sigue siendo dominada por los hombres.

El ímpetu de Elsa la llevó a culminar rápidamente la parte teórica y aunque en la práctica tuvo algunas dificultades económicas porque debía realizar 180 horas de vuelo, a un costo no tan accesible para ella. Sin embargo, logró culminar el programa y con mucha determinación obtuvo todas sus certificaciones y así es como se convierte en piloto de avión comercial.

Ejemplo de superación

Actualmente, Elsa trabaja para una importante aerolínea donde cumple con su profesión con mucha felicidad y responsabilidad, para brindar la mejor experiencia posible para los pasajeros y la tripulación.

Gracias a su profesión, Elsa continúa explorando muchos países y sus culturas, cumpliendo sus dos sueños al mismo tiempo: viajar y volar. Y aunque también existen algunas dificultades cuando se trabaja como piloto, ella está muy feliz de haberlo logrado y poder disfrutar junto a su hijo y sus padres, a quienes ha podido llevar a algunos viajes.

 

Fuente | Milenio

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