La Cara Buena del Mundo

Slow fashion: la moda que puede salvar el planeta

Slow fashion, la moda que puede salvar el planeta

Ante la necesidad de cambiar nuestra manera de consumir ropa, surge el movimiento slow fashion: la moda que puede salvar el planeta. Se trata de una filosofía de vida que pretende reducir el impacto ambiental y velar por los derechos humanos

18 de febrero de 2021

Estamos acostumbrados a consumir prendas de manera compulsiva. Vivimos en un mundo en el que es un desafío resistirse a decenas de carteles anunciando rebajas a precios irrisorios.

Sin embargo, ha llegado el momento de reflexionar. ¿Realmente necesitamos toda la ropa que compramos? ¿Cuántas veces vamos a vestir esa camiseta? Y lo que es más importante: ¿qué sucede con esas prendas una vez que nos deshacemos de ellas?

La realidad sobre la industria textil

Según la ONU, la industria textil es la segunda más contaminante del planeta. Solo en España, se estima que cada persona genera alrededor de 14 kg de residuos textiles cada año. Cerca del 85 % acaba en un vertedero y su incineración genera toneladas de CO2 altamente contaminantes. Pero esto no es todo.

Por ejemplo, para confeccionar un solo pantalón vaquero, se requieren 7500 litros de agua. Además, los vertidos de tintes y pigmentos de dichas prendas durante su fabricación contaminan los ríos y transforman el paisaje.

En España, cada persona general alrededor de 14 kg de residuos textiles cada año

slow fashion

Slow fashion, una alternativa sostenible

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Los trabajadores, los grandes afectados

Al desastre ambiental debemos sumar las pésimas condiciones de trabajo de las personas que participan en el proceso de elaboración. La moda rápida o fast fashion contribuye a la deslocalización de las fábricas.

Así,  las empresas se instauran en países poco desarrollados con mano de obra barata. Esto favorece la explotación de trabajadores y la pérdida de empleos locales que podrían generar estas compañías en su lugar de origen.

Slow fashion: la alternativa sostenible

Ante una necesidad de cambio urgente, en 2007 surgió el movimiento slow fashion o moda lenta. Su precursora fue Kate Fletcher, profesora de Diseño y Moda Sostenible de la Universidad de Artes de Londres. Kate defendía el consumo responsable de prendas en contraposición a la moda rápida.

Su premisa es sencilla: si es tendencia o no lo necesitas, no lo compres. De este modo, podemos reducir el impacto ambiental, proteger los derechos humanos y acabar con la economía circular.

La solución está en nuestras manos

Desde La Cara Buena del Mundo, proponemos una lista con acciones para todos aquellos que quieran unirse a este movimiento:

– Apoyar a empresas que fabriquen de manera local.

– Elegir prendas de materiales sostenibles.

– Reutilizar la ropa vieja, repararla a mano o transformarla.

– Reciclar la ropa vieja o donarla.

– Si la economía doméstica lo permite, evitar comprar ropa a muy bajo coste y de mala calidad.

– Comprar en tiendas de segunda mano y de comercio justo.

– A la hora de renovar el armario, es mejor adquirir ropa atemporal y versátil para poder combinarla sin necesidad de comprar más.

Con nuestras pequeñas decisiones, podemos conseguir grandes resultados. Así,  contribuiremos a que finalmente llegue esa buena noticia tan esperada: un mundo más justo y menos contaminado.

Sara Parrilla Sánchez

Sara Parrilla Sánchez

Profesional del turismo y apasionada del marketing digital. Siempre le ha gustado plasmar su forma de ver el mundo sobre el papel (o sobre el teclado). Busca la felicidad en las pequeñas cosas del día a día.

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